Cuando faltan dos semanas para la bendición de María Santísima en su Soledad y Amargura, queremos dar a conocer al imaginero (y alguna obra suya) en el que ha confiado la Hdad. del Santo Entierro la ejecución de su titular dolorosa.
Marco Antonio Humanes nació en Marchena en 1978. Desde muy pequeño siempre mostró mucha facilidad para el dibujo y una vocación indiscutible hacia el mundo del arte, pero cuando realmente decidió que ésta sería su profesión fue el día que conoció al
escultor Manuel Hernández León. En el taller de este escultor comenzó a modelar, tallar, policromar… y a entrar en la dinámica del trabajo diario colaborando en la realización de muchas obras.Al poco tiempo, compaginó el trabajo en el taller del maestro con los estudios en la Escuela de Arte “Della Robbia”, titulándose en modelado escultórico. Trabaja en su propio taller en Villanueva del Ariscal.
En la vecina localidad de Marchena podemos contemplar una dolorosa ejecutada por él en 2005, Madre de Dios de la Merced. A través de las fotos que les mostramos, tomadas de la web marchenacfrade.org, podemos imaginar cómo será la Virgen del Santo Entierro de Osuna pues
ambas comparten algunas características que son propias del estilo de su imaginero. Por ejemplo el tener tallado el pelo, ondulado en la frente y con un recogido detrás dejando entrever la mitad de lo pabellones auditivos. También es muy particular la técnica a la hora de tallar los ojos, en la madera, pero con un efecto junto con las lágrimas que hacen pensar que son de cristal. Una de las lágrimas suele caer casi hasta la altura de la boca.Se trata de dolorosas muy expresivas en su dolor
pero sin perder la belleza, al contrario, su belleza se acrecienta. Aportan fuerza en su rostro, sobre todo en su mirada y en su boca. Se distancian del modelo de dolorosas del siglo XIX, las de Juan de Astorga que fijan un modelo muy repetido y copiado hasta la actualidad de belleza dulce y dolor sereno.Disfruten de estas fotografías que les mostramos mientras esperamos conocer a María Santísima en su Soledad y Amargura.
