El pasado sábado, día 31 de Enero, la Hermandad del Santo Entierro comenzó el triduo en honor de su titular gloriosa, Ntra. Sra. de la Cabeza, por la festividad de la Presentación del Niño Jesús en el templo. La ley judía mandaba presentar en el templo a todo bebé a los 40 días de nacer, cumpliendo así con unos ritos y ofrendas que dan por terminado el Ciclo de la Navidad.
El nombre de la Candelaria, como se conoce a esta fiesta, viene por el reparto de velas bendecidas entre los devotos que participan en ella. Antiguamente las velas se empleaban para las mujeres embarazadas, las que acababan de dar a luz y las que deseaban descendencia, para prevenir los rayos y el granizo en las tormentas, proteger a la familia de las enfermedades, a los rebaños y animales de labranza y se utilizaban en otras ceremonias religiosas.
La procesión con la Virgen de la Cabeza se celebró ese día para facilitar la participación de los devotos por caer la fiesta de la Candelaria en lunes (el 2 de febrero es su día). En torno a las 17 horas comenzó a llover pero tres cuartos de hora más tarde escampó y la procesión se desarrolló sin prisas y sin recortar el recorrido. Incluso cuando discurría por la calle Gordillo salió el sol y se puedo contemplar la belleza de la Virgen de la Cabeza, realzada aún más por un pequeño rostrillo de encaje y el manto brocado en rojo y oro que estrenaba, confeccionado por una hermana. Sin duda un acierto.
A pesar del frío, muchos devotos y hermanos la acompañaron con velas, antorchas y bengalas y se tiraron cohetes en diversas partes del recorrido, novedades estas que le daban mayor lucimiento. La Agrupación Musical de la Hermandad de la Vera-Cruz de Osuna acompañó desinteresadamente durante el recorrido interpretando un buen número de marchas. Por su parte, la Hdad. del Santo Entierro había engalanado la calle Compañía y la Cilla del Cabildo con las colgaduras que se confeccionaron para la bendición de María Santísima en su Soledad y Amargura.
Un comentario anónimo de El Pespunte Cofrade escribía que la imagen de la Virgen de la Cabeza y del Niño Jesús que porta son de autor desconocido, pudiéndose fechar en torno al siglo XVII. La imagen se coloca sobre una hermosa peana y se rodea de ráfaga muy interesante por ser de madera tallada y dorada (lo usual es que este tipo de piezas sean de orfebrería y más si son para procesionar). Ambas pueden datarse en el siglo XVIII por decorarse con pequeños espejos, muy al gusto de esa época, introduciéndose tanto en la peana como en el interior de los rayos.
Ntra. Sra. de la Cabeza contó en Osuna con Hermandad propia, siendo filial de la Hdad. Matriz de Andújar hasta donde se desplazaban para participar en su romería. Al parecer, en el siglo XVIII se contaban hasta setenta y cinco hermandades filiales siendo la de nuestro pueblo la número once, lo que nos hacer ver la antigüedad y devoción con que contaba. De su patrimonio se conserva un estandarte con ricos bordados que sería interesante recuperar para el conocimiento de los cofrades ursaonenses. La Hermandad se extinguiría a finales del siglo XVIII.
Fotografías: Antonio Flores y Eduardo de la Ossa