El sábado culminó el triduo al Santísimo Cristo de la Vera Cruz, Nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora de la Esperanza. Majestuosa se encontraba la Iglesia de San Agustín con un enorme telón de damasco rojo que se ha colocado por primera vez cubriendo el retablo mayor. Las imágenes aparecían formando un calvario, exornado con claveles rojos y lirios morados. La Virgen de la Esperanza estaba vestida con la saya de salida y su característico manto verde aludiendo a su advocación. El Cristo de la Caña se expuso en besapiés al concluir la misa.
Fotografías: Manuel Fdez. Carreño