
Se trata de una magnífica escultura cuyo horizonte artístico probablemente marque el tránsito entre el Renacimiento, que se deja ver en el escueto y sencillo paño de pureza, que conserva todavía una esquemática policromía, y el Barroco, que se aprecia en el sentido dramatismo y labra de algunos detalles como la cabellera. Según el Inventario artístico de Sevilla y su provincia, la hechura de la obra podría situarse a finales del siglo XVI.
Actualmente se encuentra en un estado deplorable de conservación: presenta una gran grieta que recorre todo el pecho; el brazo derecho esta desencajado del tronco; tiene abundantes pérdidas de policromía; y sobre todo un profundo ataque de xilófagos. Según apreciaciones de los restauradores, su policromía original debió ser mucho más clara que la actual, que se muestra muy ennegrecida por el efecto de las velas. Asimismo, se aprecian abundantes repintes, sobre todo en la sangre que mana de la llaga del costado.
Esta restauración se realizará in situ, en el mismo convento.
Resulta por tanto una extraordinaria iniciativa que permitirá recuperar para el patrimonio religioso de Osuna una obra de imaginería que para muchos ursaonenses resulta totalmente desconocida. Aquí mostramos varias imágenes de la talla actual antes de la restauración.